La palabra LASER es un acronismo de Light Amplification by Stimulated Emission of Radiation, es decir, amplificación de luz mediante emisión estimulada de radiación. Los láseres fueron inicialmente aplicados para bioestimulación. El láser de bajo poder ha sido rutinariamente usado para controlar dolor postoperatorio y para aliviar el dolor asociado al cáncer.
En medicina veterinaria, el interés en los láseres ha sido de dos clases : (1) para acelerar la sanación de heridas y lesiones de tejidos blandos y (2) para mejorar el rendimiento físico.
La láserterapia de baja potencia es un área de la ciencia relativamente reciente, en la que predominan ciertos efectos terapéuticos observados clínicamente, como la analgesia en la zona irradiada, una acción antiedematosa y antiinflamatoria, o la cicatrización de heridas de difícil evolución o traumatismos en distintos tejidos. Los efectos de la radiación láser sobre los tejidos dependen de la absorción de su energía y de la transformación de ésta en determinados procesos biológicos.
El estímulo de la microcirculación, junto a otros fenómenos producidos en las células, favorece que se produzcan los procesos de reparación, lo que contribuye a la regeneración y cicatrización de pérdida de sustancia.
En la práctica humana y veterinaria los campos más importantes para laserterapia son medicina deportiva, dermatología y neurología. Las propiedades antiinflamatorias y analgésicas del láser, así como su efecto en la formación de colágeno, lo hacen muy útil en trauma, cirugía y odontología.
El láser puede ser usado para tratar alteraciones internas, sistémicas y generalizadas mediante radiación en puntos reflejos o sistémicos, también llamados triggers points (TGs), puntos de acupuntura (APs) y tender local points o AHSHSI points. Láser también pueden ser usado como terapia local sobre articulaciones dolorosas, músculos, tendones, heridas, úlceras, áreas inflamadas y hematomas.
Los efectos antiinflamatorios y reductores de edema de los lásers de bajo poder son causados parcialmente por una microcirculación aumentada y por un flujo linfático acelerado. La luz láser puede aumentar el consumo de O2 y glucosa en las células irradiadas, lo que refleja el efecto bioestimulante. La influencia benéfica de la radiación láser también fue evidente cuando se aplicó sobre médula espinal de perros.
Aplicaciones del láser terapéutico.
El cuidado convencional de heridas incluye limpieza, cirugía menor (debridamiento, sutura), medicación tópica y sistémica y antitoxina tetánica. Además de las medidas convencionales, a paciente con inmunosupresión (y aquellos cuyas heridas y rasguños se infectan fácilmente) puede aplicárseles láser como tratamiento de primeros auxilios en cualquier rasguño o herida fresca. El láser acelera la reparación de heridas, reduce el riesgo de infección postoperatoria., y mejora la calidad del tejido cicatricial.
En caso de fisuras y fracturas óseas el láser es útil como tratamiento de primeros auxilios para producir analgesia, reducir la hinchazón y permitir un acabado examen manual. Mejora la microcirculación local y favorece el drenaje linfático, así genera las condiciones óptimas para una recuperación acelerada, lo que conlleva a acelerar significativamente la formación del callo óseo.
Cualquier lesión de recuperación lenta o herida quirúrgica puede beneficiarse con láser. Primero, el terapeuta debe chequear cuidadosamente todas las razones posibles de recuperación retardada y corregirlas. Una aplicación especial para el láser es el cuidado postoperatorio inmediato en cirugía reconstructiva. Los principales problemas son edema, dolor, viabilidad de los flaps cutáneos, inflamación, alteración circulatoria, sanación de heridas e infección – todas indicaciones del láser.
Los bordes de úlceras y llagas por presión son las primeras en responder. La infección es rápidamente controlada y la hinchazón y eritema desaparecen. El tejido de granulación se forma luego (desde el centro a la periferia), seguido por reepitelización desde la periferia. Así también, el láser para quemaduras es similar a otros tratamientos de heridas. Su propósito es proveer analgesia, acelerar la reepitelización, y mejorar la calidad de la cicatriz. Acelera la reepitelización y evita la formación de queloides. Además de aliviar el dolor y eliminar las alteraciones funcionales asociadas, láser frecuentemente causa que la cicatriz se aclare, suavice y disminuya (o incluso desaparezca) con el tiempo.
Cuando son tratadas articulaciones osteoartríticas, la irradiación IR no sólo será dirigida al espacio articular comprometido también a los puntos dolorosos en los músculos que mueven la articulación.
El propósito del láser en pacientes con artritis es aliviar el dolor, reducir la hinchazón local en las articulaciones y aumentar la movilidad articular. Las articulaciones pequeñas usualmente responden mejor que las grandes (rodilla y cadera). Sorprendentemente pacientes con artritis de Bekhterev (espondilitis anquilosante) también reaccionan favorablemente al láser.
El dolor ha sido la principal indicación del láser en osteoartritis (OA). Láser IR es efectivo en el tratamiento de espondiloartritis y osteoartritis en las articulaciones más grandes. Recientes estudios sobre el metabolismo del cartílago apoyan el punto de que una carga rítmica de las articulaciones aumenta el contenido de proteoglicanos del cartílago articular. La inmovilización disminuye los proteoglicanos y la elasticidad del cartílago articular. Por ello son importantes la movilización cuidadosa de articulación osteoartríticas y el incremento gradual en la carga.
Neuralgias y disfunción autonómica, las que pueden ser severas, son frecuentemente causadas o mantenidas por trigger points activos en cicatrices dolorosas. Estas cicatrices pueden ser postoperatorias, postraumáticas (incluidas cicatrices por quemaduras), y postinfecciosas (abscesos superficiales). La cicatriz misma reacciona al láser y puede suavizarse, ablandarse y aclararse. También se han obtenido excelentes resultados en casos que fueron crónicos por muchos años antes de usar láser.
El láser es una herramienta adicional efectiva para el tratamiento no invasivo de nervios periféricos y lesiones de la médula espinal de ratas y perros. También reduce la hinchazón local y favorece y acelera la recuperación morfológica y funcional de tejido nerviosos severamente lesionados en pacientes humanos. Puede aplicarse pre o postoperatoriamente (neurólisis, injertos nerviosos, neurotización) o como tratamiento único cuando la cirugía no está indicada.
Las lesiones deportivas más comunes tratadas con láser incluyen contusiones de tejidos blandos, desgarro muscular parcial, tendinitis, fasciitis, periostitis y esguinces de tobillo. En lesiones agudas, acelera el proceso de sanación y permite un rápido retorno al entrenamiento activo. Sin embargo, láser no significa una cura milagrosa, y un diagnóstico cuidadoso y un plan de rehabilitación detallado son requisitos para una rápida y total recuperación. La selección de un equipo apropiado que transmita la dosis de irradiación precalculada a la zona target es particularmente importante.
El efecto antiinflamatorio y la marcada reducción del edema local como respuesta inmediata al láser son extremadamente importantes cuando tratamos enfermedad discal aguda en perros. En casos subagudos y crónicos el tratamiento será repetido diariamente o en días alternados por más de 6 sesiones.
Debido a que láser aumenta el umbral de dolor por presión y restablece la función neuromuscular dañada, puede también ser usado como herramienta diagnóstica. Para diferenciar entre compresión de raíz nerviosa (protrusión discal) y una activación de mecanismo trigger como en síndrome de dolor miofascial y alteración músculo esquelética, puede ser usado como tratamiento de prueba de segmentos afectados.
Las siguientes son las indicaciones más comunes de láser en medicina veterinaria: tendinitis, fasciitis resultante de sobreuso o mal uso, enfermedad discal y cojera, inflamación aguda o crónica con edema local, heridas, rasguños y dehiscencias de herida posoperatorias en animales grandes y problemas articulares, enfermedad discal, rehabilitación postquirúrgica y alopecía en mascotas. El rendimiento físico mejorado es un objetivo tanto en medicina humana como veterinaria.